El té es la bebida más consumida en el mundo (después del agua) y el 21 de mayo se celebra globalmente este día dedicado a los trabajadores del té en reconocimiento de su labor y sus derechos. Cuando se trata de la producción de té, las mujeres de muchos países suelen asumir algunos de los aspectos físicos más arduos de este trabajo, cortando a mano y recogiendo las hojas de té en las laderas de las montañas durante varias horas al día. Los trabajadores del té a menudo no son propietarios de la tierra y los recursos que gestionan, pero éste no es el caso en el bosque de las Nuwas, donde las mujeres indígenas son propietarias de una parcela de tierra que han adpatado para la producción de té en pequeña escala.
Las mujeres de la comunidad awajún de Shampuyacu, encargadas de proteger y mantener el Bosque de las Nuwas, reabren las puertas de este mágico destino. Tras quince meses desde el inicio de la pandemia del covid-19, las nuwas recibieron el sello de Safe Travels del Mincetur Perú, certificando que cumplen con los estándares internacionales de higiene y bioseguridad, garatizando un turismo seguro.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se elaboran las Infusiones Nuwa? Este hermoso producto viene cargado de significado, una infusión hecha a base de la conservación y con la pasión del trabajo de las mujeres de Shampuyacu, dedicadas a sembrar sus plantas medicinales y seleccionar las mejores para convertirlas en estos dos deliciosos blend.
Norith López, coordinadora de Desarrollo Comunitario de Conservación Internacional Perú, viene trabajando con las “nuwas” o mujeres awajún para promover la conservación y desarrollo de sus comunidades, pero sobretodo, poniendo en valor su gran diversidad cultural y natural.
La revista Rumbos y laMula.pe visitaron el Bosque de las Nuwas para vivir una experiencia cercana con la naturaleza, conocer la identidad cultural awajún, y compartir el espíritu de las plantas y los árboles.
Los trabajadores del té a menudo no son propietarios de la tierra y los recursos que gestionan, pero éste no es el caso en el Bosque de las Nuwas del Perú, donde las mujeres indígenas son propietarias de una parcela de tierra que han convertido para la producción de té en pequeña escala.